En una alianza entre el DIF Monterrey y Grupo Bimbo, se capacita a personal de la panificadora en Lengua de Señas Mexicana (LSM) para integrar a personas con discapacidad auditiva a un entorno laboral más justo, accesible y empático.
Comunicación Que Derriba Barreras
El lenguaje construye vínculos. Y en este caso, también oportunidades. Como parte del programa, supervisores de la planta de Bimbo en Monterrey recibieron talleres de Lengua de Señas Mexicana, impartidos por especialistas del DIF municipal.
Durante una visita a la planta, directivas del DIF —Gabriela Oyervides e Ivonne Álvarez— presenciaron una emotiva demostración por parte del equipo capacitado, junto a trabajadores sordos que ahora forman parte activa del proceso productivo.
Gracias al conocimiento de la LSM, ahora es posible establecer diálogo sin barreras, crear equipos más sólidos y entornos donde la inclusión no sea una promesa, sino una práctica diaria.
Un Modelo De Inclusión Que Escucha Y Acompaña
También, el DIF Monterrey ofreció acompañamiento integral durante brigadas de empleo, entrevistas laborales y sesiones con intérpretes de LSM, con el fin de garantizar un ingreso justo al ámbito laboral.
El programa está diseñado para que la empresa también aprenda a incluir. La contratación no es el último paso: Desde la dirección de planta hasta los supervisores de piso, todos participaron en esta formación con un objetivo común: construir un espacio más igualitario.
“Ver a estas personas integrarse al mundo laboral y comunicarse con sus compañeros gracias a la Lengua de Señas, nos motiva a seguir construyendo entornos más humanos”, expresó Oyervides.
Historias Que Inspiran Y Transforman
Más allá de las cifras o protocolos, esta alianza deja algo claro: la inclusión tiene rostro, tiene historia y tiene voz, aunque a veces no sea hablada.
En las palabras expresadas con señas por los nuevos colaboradores de Bimbo, había gratitud, emoción y esperanza. Para muchos, era la primera vez que podían comunicarse con sus compañeros sin intermediarios, sin obstáculos.
Es en estos momentos donde la inclusión deja de ser discurso para convertirse en realidad tangible, que transforma no solo a quienes son contratados, sino a todo el entorno que los rodea.
Un Lenguaje Con Historia En México
El desarrollo de la Lengua de Señas Mexicana comenzó en el siglo XIX, con la fundación de la Escuela Nacional para Sordomudos en 1867. Desde entonces, ha evolucionado como una lengua rica y compleja, con reglas propias y un vocabulario extenso. A lo largo del tiempo, comunidades de personas sordas, instituciones educativas y lingüistas han trabajado en su consolidación y estandarización.
Hoy, la LSM no solo es reconocida legalmente, sino también como un vehículo de expresión y una herramienta de inclusión en todos los ámbitos: social, educativo y laboral. Su enseñanza, como la promovida por el DIF Monterrey, contribuye directamente a derribar barreras estructurales y garantizar derechos fundamentales.
En el municipio hay muchas instituciones que imparten la enseñanza en la Lengua de Señas Mexicana, una de ellas es la Universidad de la Arquidiócesis de Monterrey, que inicia su curso este 2 de julio.
El Desafío: Replicar El Modelo
El trabajo conjunto entre DIF Monterrey y Grupo Bimbo representa una experiencia exitosa que puede y debe replicarse en más empresas. No es solo una estrategia de responsabilidad social: es un paso firme hacia una sociedad más empática, justa y consciente.
Este tipo de programas demuestra que la inclusión no está en los discursos, sino en las acciones concretas: en capacitar, acompañar y abrir espacios pensados en las diferencias de cada uno.
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