Los ataques de EE.UU. en el Caribe y el Pacífico han generado una crisis internacional con 57 personas fallecidas y 14 embarcaciones destruidas desde el 2 de septiembre. El Gobierno de Donald Trump sostiene que estas operaciones buscan frenar el narcotráfico, pero no ha presentado pruebas concluyentes. Las acciones militares se han realizado sin aprobación del Congreso, lo que ha provocado tensiones con Venezuela y Colombia, así como críticas de organismos internacionales.
Una Escalada Sin Precedentes En América Latina
Los ataques de EE.UU. en el Caribe comenzaron tras el despliegue de buques de guerra estadounidenses en la región. Washington insiste en que su objetivo es combatir los cárteles de la droga, mientras que Caracas acusa a Estados Unidos de buscar un cambio de régimen en Venezuela.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, calificó las ofensivas como “ejecuciones seriales” y pidió a la ONU abrir una investigación internacional. Su ministro de Defensa, Vladimir Padrino, aseguró que se trata de “una guerra no declarada”, mientras la Cancillería venezolana denunció una “amenaza militar”.
El mandatario colombiano, Gustavo Petro, también se pronunció al respecto. Dijo que su gobierno “estará en contra de genocidios y asesinatos del poder en el Caribe”, después de que un ciudadano colombiano muriera en una de las operaciones. Las tensiones diplomáticas con Bogotá y Caracas siguen en aumento.
Cronología De Los Ataques De EE.UU. En El Caribe Y El Pacífico
El primer ataque de EE.UU. ocurrió el 2 de septiembre en el Caribe. Donald Trump anunció la operación y aseguró que las Fuerzas Armadas estadounidenses habían destruido un barco del Tren de Aragua, organización que calificó como “terrorista”. Sin embargo, CNN informó que no hubo pruebas concluyentes que vincularan la embarcación con actividades ilícitas. En esa ofensiva murieron 11 personas.
El 15 de septiembre, un segundo ataque dejó tres muertos. Trump afirmó que la embarcación transportaba drogas desde Venezuela y advirtió que los “cárteles del narcotráfico representan una amenaza directa a la seguridad nacional”.

Cuatro días después, el 19 de septiembre, se registró un tercer ataque con tres víctimas mortales. Según Trump, el barco “traficaba narcóticos ilícitos” y estaba en ruta hacia Estados Unidos. A principios de octubre, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, confirmó un cuarto ataque frente a la costa venezolana, donde murieron cuatro personas.
El 14 de octubre, un quinto operativo causó seis muertes, y las cifras totales ascendieron a 27 víctimas. Para entonces, el Pentágono declaró que EE.UU. “está en conflicto armado con los cárteles de la droga”, lo que generó fuertes críticas por la falta de un mandato legal del Congreso.
Expansión De Los Ataques Al Pacífico
La ofensiva no se limitó al Caribe. El 16 de octubre, Estados Unidos realizó un sexto ataque en el que sobrevivieron dos tripulantes, uno de Ecuador y otro de Colombia. Ambos fueron repatriados, aunque presentaban heridas graves. Las autoridades ecuatorianas confirmaron que uno de ellos, Andrés Fernando Tufiño, no tenía antecedentes penales en su país, lo que desató dudas sobre la veracidad de las acusaciones estadounidenses.
El 17 de octubre, EE.UU. ejecutó un séptimo ataque en el que murieron tres personas. Hegseth declaró que el barco estaba “afiliado a una organización terrorista colombiana” y defendió la ofensiva como parte de la lucha contra los “narcoterroristas del hemisferio occidental”. Estas palabras provocaron un enfrentamiento público con el presidente Gustavo Petro, quien acusó a Estados Unidos de matar a ciudadanos inocentes.
Los días 21 y 22 de octubre, las Fuerzas Armadas estadounidenses lanzaron dos nuevos ataques en el océano Pacífico, con un saldo de cinco muertos. Según el Pentágono, las embarcaciones eran operadas por “organizaciones terroristas designadas”. Sin embargo, no se ofrecieron pruebas que confirmaran esa información.

El 27 De Octubre: De Los Ataques De EE.UU. Más Letales De La Campaña
El secretario de Defensa Hegseth aseguró que “las embarcaciones eran conocidas por inteligencia estadounidense y transitaban rutas de narcotráfico”, pero no se presentaron pruebas ni detalles de los presuntos cargamentos. Expertos en derecho internacional califican las operaciones como una posible violación a las normas sobre soberanía y uso de la fuerza.
Mientras tanto, la comunidad internacional sigue atenta. Maduro insiste en que se trata de “una campaña militar encubierta”, y Petro exige que se investiguen los hechos ante organismos multilaterales. El Consejo de Seguridad de la ONU aún no ha emitido una resolución formal.
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